Pilares de la Plaza. Comparecencia de Joaquín Rodríguez (1876)

 

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Pilares de la Plaza. Comparencia de Joaquín Rodríguez
29 de octubre de 1876 (Moralzarzal, Madrid, España)
Archivo Municipal de Moralzarzal, Signatura 79.1

Desde el Archivo Municipal, queremos mostrarles un documento muy curioso, que data de 1876.

Se trata de la comparecencia de Don Joaquín Rodríguez ante el Sr. Alcalde, Don Juan Mazarías, y el Secretario, de la época.

Se tiene noticia, que el Sr. Rodríguez, con domicilio en Cerceda, llevó a cabo el destrozo de un «rueda grandísima de piedra» que radicaba en el sitio del Rodigüelo, situada en el término jurisdiccional de Moralzarzal.

Según, nuestro documento, se trata de una obra de tiempos de la dominación árabe y, era un monumento antiguo que tenía recuerdo histórico. Tradicionalmente, dicha piedra, se había respetado por las generaciones pasadas y no había sido demolida hasta entonces.

Tenía un valor inapreciable por sus condiciones y volumen de «trece pies y medio de diámetro o sus cuarenta y medio, medida por la circunferencia, y tres y medio de grueso, por un extremo, y por el otro, cuatro. Con un taladro o agujero en medio, calado de extremo a extremo, por media vara y en el centro, más recogido y reducido, a medio pie aproximadamente y a fin de manifestase también el orificio, que se propuso dividirla».

El Sr. Rodríguez, sin permiso de nadie, hizo pedazos la piedra y sacó de ella unas ruedas para el Molino, que le pertenecía. Se creyó en la libertad de obrar sin pensar en que, de hacerlo, pudiera resultar perjudicado un tercero.

El Sr. Alcalde, estaba convencido de la ligereza con la que procedió a la destrucción de un monumento antiguo, que aunque en valor podía haber gustos, pero quedó constancia que lo hizo sin malicia.

Por otra parte, el pueblo quedó indemnizado del perjuicio ocasionado. Por lo tanto, para la satisfacción del Ayuntamiento y de los vecinos, se llevó a cabo el siguiente acuerdo: Joaquín Rodríguez, se presta hacer «ocho pilares para las cuatro porteras de la plaza pública de esta Villa, que se coloquen dos en cada una, enclavadas a la altura de ocho pies y medio, cuando menos, para que en funciones de corridas de novillos se coloquen palos y pueda formar una especie de puerta para que no se salga el ganado con sus correspondientes agujeros pasados y que sean precisos de cuatro o cinco taladros en cada uno, además del de arriba, que podrá ser en forma de horquilla. Todo a sus expensas, menos la conducción y colocación, aunque si debería ayudar a asentarlos».

Joaquín Rodríguez, acepta la oferta y el Sr. Alcalde, le deja exento de responsabilidad del hecho cometido, puesto que recompensa al pueblo con los pilares que propone hacer.

Como plazo, se establece, que debían ser terminados y colocados, no más tarde de quince días antes del primer domingo del mes de octubre del año venidero, más próximo de 1877 y como curiosidad, se establece que, «en caso de fallecimiento de dicho señor, se practicaría esta operación a costa de sus bienes», lo cual, también aceptó.

En la parte final del documento, podemos ver una nota rubricada, que señala, que «los cuatros pilares de las porteras del medio día y poniente, se colocarán en el año 1879 y los otros cuatro, saliente y norte, en el año 1880».

Ana Belén Montero Díaz / Archivera Municipal

 

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