A pesar de los años, las preocupaciones de nuestros vecinos eran las mismas que en la actualidad, evitar la propagación de una de las epidemias más devastadoras que ha existido a lo largo de la historia: laviruela.
En 1918, la hermana política de Don Nicolás Martín se va a trasladar a Moralzarzal tras haber sido dada de alta en el hospital. Para evitar el contagio al resto de la población, se acordó mantener el aislamiento durante unos días y para ello, tendría como vigilante, a Don Enrique Soriano.
Por parte de la Alcaldía, se adoptaron todas las medidas necesarias para indicar el sitio dónde debían verterse las aguas del lavado de ropas sucias y el resto de necesidades, medidas como las que hoy en día nos marcan las autoridades sanitarias.