MATADERO MUNICIPAL (1891)

En 1891 se va a iniciar el expediente para llevar a cabo la venta del matadero situado en la calle de la Cruz.

 

En el inventario de 1868, lo describen como un bien situado en los extramuros del pueblo destinado, como su propio nombre indica, a matadero municipal o carnicería, construido en mampostería, cubierto de teja. Estimado por valor de 250 escudos.

 

Se desconocía desde cuándo se poseía dicho bien. Tampoco contaban con los datos de construcción ni la causa por la cual pertenecía al Municipio pero sí sabían que databa de tiempos inmemoriales.

 

Se encontraba en situación de ruina y uno de los motivos por los cuales se llevó a cabo la enajenación de éste, es que carecía del agua necesaria para llevar a cabo la limpieza de los despojos de las reses y, en segundo lugar, por hallarse situado junto a casas de particulares con el fin de que no perjudicara la salud pública de sus moradores.

 

En un primer momento, en el pliego de condiciones se va a establecer un precio de salida de 750 pesetas, pero al final fue vendido por 175, a favor de Don Pascual Domínguez González. Con dicho presupuesto, se pretendía llevar a cabo la reedificación del matadero en el sitio del Raso o a las afueras del pueblo, dónde no afectara a la salubridad e higiene de la población.

 

En 1925 se ordena el decreto por el cual las reses que fueran a ser sacrificadas para el consumo público debían ser retiradas del matadero, por parte de los industriales, a las 17:00 horas como muy pronto con el fin de que pasaran por lo menos seis horas para que pudieran ser debidamente inspeccionadas y tuviesen la ventilación necesaria.