EL TRANSPORTE EN MORALZARZAL (Siglo XX)

En 1903, se va a proceder a la subasta el arrendamiento del servicio de viajeros desde la Estación de Villalba hasta Manzanares El Real y viceversa, con parada en Moralzarzal y Cerceda.

 

En el pliego de condiciones se va a estipular una cláusula por la cual, se debía indemnizar al contratista por el perjuicio ocasionado por la escasez de viajeros durante el invierno y el Ayuntamiento, debía subvencionarle con una peseta diaria por todo el año.

 

El arrendatario ofertaba la puesta a disposición para llevar a cabo el servicio, un coche y/o caballerías que fueran de buena condición para la comodidad y seguridad del viajero.

 

Se tenían que hacer dos viajes diarios de ida y vuelta en combinación con las horas de los trenes de la línea del Norte:

 

  • Salida de Moralzarzal a las 05:30 horas para tomar el tren de Villalba a las 06:45 horas.
  • Salida de Villalba a las 10:00 horas.
  • Salida de Moralzarzal a las 15:30 horas para tomar el tren de Villalba a las 17:00 horas.
  • Salida de Villalba a las 18:30 horas.

 

Se fijó un precio por trayecto de 0,25 pesetas, de Villalba a Moralzarzal y de Cerceda a Manzanares el Real, de 0,50 pesetas. Los niños, hasta los tres años, no pagaban billete, y de los tres a los siete años, pagaban la mitad del precio que se fijara para los adultos.

 

También se va a estipular unas tarifas para el equipaje:

  • Hasta 15 kg. gratis
  • De 15 kg. a 40 kg. – 0,25 pesetas.
  • De 40 kg. a 75 kg. – 0,50 pesetas.
  • De 75 kg. a 100 kg. cómo máximo – 0,75 pesetas.

 

Como curiosidad podemos ver que en la apertura de la subasta los licitadores ofrecieron mejoras en el servicio tales como: conducir gratis a los enfermos pobres, transportar a músicos, toreros y polvoristas para la función de Nuestra Señora del Rosario y transportar el material sanitario y botiquines, que fuera preciso en épocas de epidemia del pueblo.

 

Dicho servicio, fue adjudicado a Don Manuel del Cerro y Pardo, vecino de Collado Villalba y de profesión militar en reserva.

 

A mediados del siglo XX, con el fin de favorecer los medios de comunicación urbanos e interurbanos de esta localidad, encontrándose muy aislada por dichos medios o incluso sometida a la rigidez de un servicio con horario fijo, Don Rafael Escribano Martín solicitó la concesión de una licencia de taxi público, con el fin de paliar los problemas de movilidad de los vecinos, poniendo a disposición del pueblo un vehículo marca Chrisler de siete plazas con matrícula M-73740.